Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón
¿Cómo voy a amar a Dios más que a mi vida? Fue la pregunta que me hacía cuando me decían que tenía que amar a Dios sobre todas las cosas, que tenía que hacerlo el centro de mi vida.
Simplemente era imposible creer que tenía que amarlo más que mi escuela, trabajo, amigos, familia, esposa, hijos, y más que a mí mismo. Pero descubrí que las personas que me lo dijeron, en verdad lo amaban, estaban apasionadamente enamoradas de Dios.
Llegué a comparar ese amor con el primer amor en la adolescencia. Un amor apasionado, sin reservas, total. Siempre quieres estar con la persona amada, deseas hablar con ella, te preguntas ¿qué estará haciendo? y todo lo que haces aunque no esté presente lo haces para agradar o no desagradar a esa persona.
Así concluí que, tenía que enamorarme de Dios, pero ¿cómo? Pues de la misma manera como lo hacemos con las personas, abrimos nuestro corazón y conocemos a las personas. Le abrí mi corazón a Dios, me dispuse a conocerlo y sólo les puedo asegurar que Dios es el mejor seductor pues sabe llegar hasta lo más profundo del corazón.
Mateo 22:37 Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.
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